Ejercitarte es cuidarte
ANTES DEL EJERCICIO
Te recomendamos tener una alimentación variada y equilibrada para mantener un estilo de vida saludable.
Es importantísimo estar muy bien hidratado a lo largo de tu día.
Ten precaución con la cantidad de sal en tus comidas, entre ellas quesos y embutidos, ya que el exceso de sal estimula la sed y hace que retengas mas líquidos.
Se recomienda la ingesta de unos 400 – 600 ml de agua, una o dos horas (1h – 2h) antes del ejercicio. Esto permitirá un menor aumento de la temperatura central corporal y disminuirá la sensación de esfuerzo.
Estira antes y después del ejercicio. Se recomienda realizarlo entre 5 – 7 minutos (aproximadamente 10 – 20 segundos por grupo muscular) para evitar lesiones.
¡Calienta muy bien!
No calentar bien puede suponer que al cabo de 10 – 15 minutos no aguantes el ritmo del ejercicio.
Ten en cuenta que nuestro cuerpo necesita adaptarse al esfuerzo.
Dedica entre 5 y 10 minutos a calentar, puedes empezar con un trote ligero, una caminata rápida, un movimiento de brazos y piernas o hacer estiramientos activos.
DURANTE EL EJERCICIO
La clave está en tomar bebidas constantemente (cada 10 – 15 minutos) en pequeñas cantidades para mantenernos constantemente hidratados y rendir más.
Evita tomar agua muy rápido o en grandes cantidades; esto hará que no tengas molestias abdominales durante el ejercicio.
¡Lleva un buen calzado!
Llevar un calzado poco adecuado hace que frecuentemente sufras esguinces o pequeños daños.
Hay que llevar un calzado acorde a tu tipo de pie, al tipo de entrenamiento o a la superficie por la que vas a realizar el ejercicio.
DESPUÉS DEL EJERCICIO
La hidratación al finalizar el ejercicio, te ayuda a reponer todos los líquidos perdidos a través del sudor; puedes beber solo agua o añadirle media cucharada de bicarbonato de sodio a un litro de agua y beberlo poco a poco una vez termines de ejercitarte.
¡Recuerda hidratarte constantemente a lo largo de tu día. Ten en cuenta que por sudar más no quiere decir que vas a perder más peso!
Por último recuerda llevar un estilo de vida que incluya ejercitarte, al ser constante mantendrás activo tu metabolismo y podrás ver buenos resultados a largo plazo.
Ten en cuenta, que los resultados a largo plazo son los que harán que te mantengas en un mejor nivel físico por más tiempo, y que te sea más fácil mantenerte en tu peso.
EMPIEZA A EJERCITARTE, TU CUERPO TE LO AGRADECERÁ
Si eres una persona sedentaria, es necesario que empieces poco a poco, evita abarcar mucho y tómatelo con calma y paciencia.
Empieza la semana haciendo ejercicio; es una buena forma de seguir motivado el resto de ella.
Si es posible, intenta hacer el ejercicio por la mañana. Si esperas a hacerlo por la tarde o noche puede que te de mucha más pereza y al final no lo acabes haciendo.
Haz ejercicio en compañía de tu familia o amigos. Cuando te ejercitas en pareja, te sientes más motivado.
Escucha la música que te guste y te motive.
¡Los resultados van a ser mejores!
Cambia de ejercicios. Es importante no realizar siempre los mismos ejercicios ni la misma rutina evitando caer en el aburrimiento.
Márcate objetivos y planifica tu rutina, así podrás saber qué harás y cuanto tiempo vas a dedicarle.
¡Elige un deporte que te guste!
Lo único que hay que tener en cuenta es hacer algo que de verdad te guste, y que no te de pereza hacerlo.
Evita forzar tu cuerpo, puede generar lesiones y que abandones rápidamente.
Recuerda que el deporte lo debes asumir como un estilo de vida, si tu objetivo único es adelgazar, te va a costar mucho más que si lo haces buscando adoptar buenos hábitos. Así que hay que hacer deporte cada día, y empezar progresivamente.
De nada te servirá hacer mucho un día y estar otros tres o cuatro sin hacer nada.
¡Empieza por lo sencillo!
Puedes caminar a un buen ritmo, caminar cuesta arriba, trote leve, montar en patines, bicicleta, nadar, hacer elíptica o bicicleta estática sin usar resistencia, “steps”, zumba, ejercicios aeróbicos, y/o cardio de bajo impacto (intensidad leve-moderada)
El ejercicio cardiovascular es de gran importancia para el cuerpo, aparte de mejorar el sistema cardiovascular, ayudará a mantener activo tu metabolismo pues favorece el transito intestinal y previene enfermedades metabólicas y fracturas óseas. Esto ayudará a mejorar tu estado de animo reduciendo la ansiedad por comer; también podrás descansar mejor en las noches.
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